De nuevo, Alejandro Encinas está tratando de pasarse de listo.
Según él, los radares instalados en las vías rápidas de la ciudad evitarán accidentes y reducirán el número de muertes ocasionadas por mezclar alcohol y volante. Veamos la siguiente gráfica:
Según las cifras del INEGI, del total de accidentes de tránsito registrados en 2000 y 2001, los accidentes fatales representan sólo 2.4 y 2.5 por ciento respectivamente, lo cual es aproximadamente la mitad de los presuntos homicidas sentenciados en esos mismos años, sin mencionar a los denunciados o exonerados. Si bien en ambos años el causante de los accidentes fue el conductor en un 96.5 y 98.5 por ciento de los casos, prevenir muertes no justifica los radares.
(Peor aún: si la causa es alcohol y volante, el programa Alcoholímetro es un rotundo fracaso)
Según el Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, "en 2002 se habían denunciado 345 secuestros en todo el país, pero a esa cifra habría que sumar 297 plagios no denunciados, para dar un total de 642 casos", y no hay cifras oficiales, pero se estima que en el DF ocurrieron 230, es decir, el 35.8 por ciento de los casos.
Para la mañana del 3 de Febrero, ya había 6 mil 500 infracciones, es decir, un millón 581 mil 775 pesos. Pero el Jefe de Gobierno asegura que ese dinero es para obra social y salud, no para la campaña de AMLO.
A Encinas podría servirle una calculadora, porque los radares ni prevendrán muertes, ni atacarán las principales molestias de los ciudadanos capitalinos: los secuestros y la inseguridad.
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