Las ventajas de esta acción me parece que fueron:
- Puso en evidencia al PRD como un grupo intolerante.
- Evitó la confrontación, y al mismo tiempo evitó que los reflectores se fueran a la tribuna.
- Mantuvo una imagen de acatamiento de la ley, las instituciones y la tradición, porque no pudo subir a la tribuna, no es que no quisiera rendir cuentas.
- Se ahorró insultos y rechiflas.
- Al fin entendió que, en política, para que exista Dios, tiene que existir el diablo.
Por otra parte, su discurso ante la televisión estuvo muy mal editado (mi mamá con dos VHS lo hubiera dejado mejor), y definitivamente fue su gran oportunidad de construir al enemigo: no a su enemigo, sino al enemigo de la democracia y del pueblo:
"La democracia es una conquista de la conciencia y de la razón. Es un patrimonio de todos los mexicanos; un patrimonio que se ha alcanzado con la lucha de generaciones. Vivir en democracia es nuestra decisión. Es responsabilidad de todos fortalecerla y hacerla más eficaz. La gobernabilidad democrática avanza por la vía institucional. Hoy los conflictos políticos y sociales se procesan en las instituciones. La democracia no es un fin en sí mismo; es un medio para consolidar a la nación y alcanzar el desarrollo que todos queremos. Los verdaderos demócratas piensan, hablan y actúan con apego a los valores y las normas de la democracia. Para ser demócrata no basta proclamarlo. La convicción democrática se demuestra en los hechos".
Estupenda reflexión. Qué triste que Fox -o sus asesores- lo hayan entendido en los últimos 100 días de gobierno. saludos!
ResponderBorrarMe gustó la forma en que lo expresaste y los puntos en los que te apoyaste...si me vaso en el comentaria anterior se dice q más vale tarde que nunca.
ResponderBorrarMe gustaría que este fuece un ejemplo para los proximos precidentes