Durante una conferencia el año pasado, el Dr. Frédéric Lesemann, profesor investigador de la Universidad de Québec, compartió con la audiencia el caso de Canadá y el sistema de salud. El compromiso de tres actores clave –la industria, el estado y las universidades- ayudó a la formación de consorcios y redes que permitieron vincular la labor académica, las prioridades nacionales y la productividad económica. “No basta entender las investigaciones, sino sus nuevos métodos: interdisciplinariedad, aplicabilidad, transferencia, difusión”.
Apoyados por una agencia de mediación que busca la convergencia de intereses por parte de todos los actores, más una elite económica y política capaz de vislumbrar el largo plazo y los intereses de desarrollo global y nacional, e impulsados por un liderazgo claro y legítimo, Canadá ha logrado transformar el sistema de salud pública dentro de un esquema de Economía del Conocimiento.
En suma, lo más relevante del caso canadiense es que existió convergencia de intereses por parte de todos los actores involucrados, y se apostó desde el gobierno a la investigación con once mil millones de dólares, la mayoría de los cuales se ha destinado a la investigación en el área de salud.
Un boletín ciertamente interesante, opino que ello debería ser un ejemplo para otros paises (claro, en los cuales existan los recursos para ello)
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