sábado, 2 de septiembre de 2006

El Informe

Reconozco que son pocas las cosas que le admiro a Fox. Pero ayer se voló la barda. Justamente hizo lo que tenía que hacer: llegó al recinto legislativo, y ante la imposibilidad de dar su mensaje político, dejó el Informe y se fue, dando su mensaje por televisión más tarde.
Las ventajas de esta acción me parece que fueron:
  1. Puso en evidencia al PRD como un grupo intolerante.
  2. Evitó la confrontación, y al mismo tiempo evitó que los reflectores se fueran a la tribuna.
  3. Mantuvo una imagen de acatamiento de la ley, las instituciones y la tradición, porque no pudo subir a la tribuna, no es que no quisiera rendir cuentas.
  4. Se ahorró insultos y rechiflas.
  5. Al fin entendió que, en política, para que exista Dios, tiene que existir el diablo.

Lo negativo es que la estrategia podría tender a dividir aún más a la clase política, que de por sí se rehusa a dialogar y a establecer puentes entre ella, o bien les puede caer el veinte, como decía Emilio Gamboa ayer en una entrevista, de que todo mundo sale perdiendo con este hecho, y los legisladores necesitan trabajar en la mejora de la imagen que están proyectando a la sociedad (si quieren un cursito, me alquilo barato).

Por otra parte, su discurso ante la televisión estuvo muy mal editado (mi mamá con dos VHS lo hubiera dejado mejor), y definitivamente fue su gran oportunidad de construir al enemigo: no a su enemigo, sino al enemigo de la democracia y del pueblo:

"La democracia es una conquista de la conciencia y de la razón. Es un patrimonio de todos los mexicanos; un patrimonio que se ha alcanzado con la lucha de generaciones. Vivir en democracia es nuestra decisión. Es responsabilidad de todos fortalecerla y hacerla más eficaz. La gobernabilidad democrática avanza por la vía institucional. Hoy los conflictos políticos y sociales se procesan en las instituciones. La democracia no es un fin en sí mismo; es un medio para consolidar a la nación y alcanzar el desarrollo que todos queremos. Los verdaderos demócratas piensan, hablan y actúan con apego a los valores y las normas de la democracia. Para ser demócrata no basta proclamarlo. La convicción democrática se demuestra en los hechos".

2 comentarios:

  1. Estupenda reflexión. Qué triste que Fox -o sus asesores- lo hayan entendido en los últimos 100 días de gobierno. saludos!

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  2. Me gustó la forma en que lo expresaste y los puntos en los que te apoyaste...si me vaso en el comentaria anterior se dice q más vale tarde que nunca.
    Me gustaría que este fuece un ejemplo para los proximos precidentes

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