La cosa es sencilla: un grupo de X personas está en equilibrio de Nash si ninguno de ellos puede aumentar sus ganancias por un cambio unilateral de estrategia.
Para Bernardo de la Garza, el juego político con el PRI parece no haber llegado al equilibrio. Peor aún: parece que el equilibrio jamás llego a su partido, y ahora el ex candidato presidencial del PVEM optó por decir 'lo siento, mala tarde' y salir corriendo del país.
Y pese a todo, la estrategia del pequeño Bernardo es buena: mejor salva la cara ahora, antes de que tengas que defender lo indefendible.
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