sábado, 11 de febrero de 2006

Estado de Derecho

En el sentido aristotélico, la Constitución es la base de la cualidad de la sociedad. Dicha cualidad tiene un elemento fundamentalmente moral: el interés general –del cual la teoría jurídico-política no ha logrado desembarazarse, pero tampoco ponerse de acuerdo sobre la naturaleza del mismo. En Aristóteles, la necesidad de una Constitución buena es fundamental, y la necesidad de que se gobierne de acuerdo a ella es también central. Aristóteles está hablando de lo que hoy conocemos como Estado de Derecho (mejor entendido como Rule of Law).

Nuestra Constitución es producto de una serie de luchas militares que culminaron con su promulgación el 5 de Febrero de 1917. Pese a que los procesos políticos y el devenir histórico obligaron –y obligan- a reformar el texto originado hace 89 años en la ciudad de Querétaro, su espíritu todavía nos habla de una serie de valores que continúan vigentes. Estos valores son, en síntesis: el respeto a la libertad, la igualdad y la propiedad privada de todos los que vivimos bajo su amparo, así como la garantía de seguridad que las leyes nos ofrecen, sin distinción.

Cuando me quejo amargamente de los radares, no quiero decir que debería permitirse violentar la ley y exceder el límite de velocidad. Lo que me preocupa es que la percepción general es que esos recursos, producto de las multas, no van a usarse en beneficio de los multados.

Mi colonia necesita seguridad, pavimentación, mantenimiento de las áreas verdes... si yo viera que aquello que defieden mis leyes es defendido también por las autoridades, no tendría problema para pagar.

Y aún más: si todos vivieramos como lo dicta la Constitución, no habría necesidad de radares... se da por sentado que todos respetamos el límite de velocidad.

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